Razones para creer

Razones para creer es el eslogan de la preciosa campaña de Coca Cola para esta navidad. Esta mañana, a un nivel menor, pero igualmente entrañable he vivido un momento que era una #razonparacreer

Los estereotipos existen y habitualmente funcionan para hacer un dibujo simplificado de alguien o algo. Sin embargo, normalmente los estereotipos se mezclan con los prejuicios. Socialmente cuando se piensa en un Rapero lo primero que viene a la cabeza es una manera de vestir pero luego también lleva asociados algunas cualidades cercanas a la exclusión social y claro, eso si que lleva a errores importantes.

Esta mañana he asistido a un concurso organizado por el ayuntamiento de Cartagena que formaba parte de una serie de actividades sobre la declaración de los derechos humanos. El concurso consistía en que alumnos de diferentes institutos de la ciudad compusieran sus letras en relación al tema de los derechos humanos y la cantaran ante algunos compañeros para elegir al ganador.

Al escenario del Centro Cultural Ramón Alonso Luzzy se han ido subiendo a rapear todos los participantes. La mayoría, estudiantes de bachiller, rozan la mayoría de edad pero ha habido un valiente del primer ciclo de la ESO que presentó su letra. A la hora de la verdad, viéndose rodeado de chicos tan mayores los nervios y la vergüenza estaban pudiendo con él y no quería subir al ensayo general. Entonces, el resto de participantes, chicos en chandal y con gorras hacia atrás, pendientes y cadenas, de esos que la gente mira raro por la calle, han tenido un detalle precioso con él. Todos le han animado a subir y ensayar haciéndole los coros y tranquilizándole estando con él en el escenario. La sonrisa del chaval al acabar no le cabía en la cara.

Al final, el premio se lo ha llevado uno de los mayores pero puedo asegurar que el aplauso más grande del salón se lo ha llevado el jovencito al terminar de cantar su tema en la fase final, esta vez, él solo en el escenario.

A muchos les parecerá una tontería de historia, pero en esta época en la que tan de moda está el Bulling, el acoso, la discriminación… ver como los mayores, por iniciativa propia ayudaban al «débil» a enfrentarse a la situación cuando ni siquiera son del mismo instituto, ni se conocían de antes, ha sido una gran experiencia y es una #razonparacreer en los jóvenes.

Os dejo la actuación de Pablo, el chico de la historia.

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